Jornada de saneamiento en los bateyes contra el dengue

Cerca de sesenta estudiantes voluntarios del Batey 8 llevaron a cabo una jornada de saneamiento en los Bateyes 8 y 9 durante el pasado jueves 18 de septiembre. El objetivo era prevenir el dengue hemorrágico, que se contagia por la picadura de los mosquitos estancados en el agua. A lo largo de la mañana, los jóvenes voluntarios eliminaron latas y botellas, vertiendo además cloro en los charcos para evitar la propagación de estos mosquitos. En todo momento fueron orientados por las promotoras, que a su vez repartieron unos folletos en los que se explicaba qué es el dengue, cómo se produce, cómo prevenirlo… La jornada de saneamiento continuará hoy en el Batey 7.

INUNDACIONES EN LOS DISTRITOS DE LOS BATEYES 4, 5, 6, 7 Y 8

Más del 60% de las viviendas de las familias pertenecientes al distrito municipal del Batey 8 fueron inundadas fruto de las aguas torrenciales que cayeron en el domingo 7 de septiembre. En el Batey 7 las mediciones de pluviometría reflejaron que habían caído unos 160 milímetros de agua. En una visita a las tres comunidades pertenecientes al distrito, decenas de familias intentaban recuperar los ajuares empapados de aguas y limpiaban sus casas de montones de lodos y agua.“Fue una verdadera pesadilla”, comentó una de las afectadas. En Batey 9, los jóvenes de la comunidad formaron brigadas de voluntarios para excavar algunos puntos y desaguar como forma de evitar que las viviendas permanezcan abnegadas de agua.

Por otro lado, el acceso al distrito es posible sólo por la carretera Batey 6-Batey 7. Unos seis puentes se dañaron, lo que está imposibilitando la movilización de los moradores y que los agricultores saquen la producción al mercado. Sin embargo, equipos del Consorcio Azucarero Central fueron movilizados a los puntos donde las tuberías resultaron insuficientes para evacuar la cantidad de agua caída.

La situación en los bateyes 4, 5 y 6 es igualmente desastrosa. Las lluvias del pasado domingo por la noche, que duraron siete horas consecutivas, han llevado a unas 150 personas a refugiarse en las escuelas. Los suministros de comida otorgados por la gobernación se han agotado ya, y las medicinas concedidas para las infecciones y fiebres resultan insuficientes. Ha habido daños en la mayor parte de las casas y el acceso a los bateyes es complicado (el río se llevó entero el puente de Isabela y parcialmente el de Cuchilla).

La situación higiénica de los bateyes es muy mala. En el batey 4, por ejemplo, hay animales que conviven a escasa distancia de los humanos porque éstos no quieren deshacerse de ellos por miedo a que se los roben. Asimismo, las aguas están muy contaminadas a causa de la basura y los niños están en constante contacto con ellas.

Los principales riesgos de salud son la malaria y el dengue, aunque ya hay heridos con cortes en los pies que podrían infectarse fácilmente, gente con diarreas y vómitos… Entre las necesidades más urgentes está la comida, aunque también necesitan colchones, mosquiteros, repelentes, pañales… Asimismo, en esos bateyes hay una treintena de embarazadas que requieren una especial atención.

Programa SIUBEN

El centro de CEDESO de Tamayo ofrece sus instalaciones desde hoy hasta el próximo 20 de septiembre al Programa SIUBEN (Sistema Único de Beneficiarios), perteneciente al Programa Solidaridad y encargado de calificar a las familias de bajos recursos susceptibles de obtener una tarjeta de subsidio social. Este programa, que funciona a nivel nacional desde hace tres años, recoge los datos referidos a la estructura del hogar y familiar de los interesados, gracias a los cuales los inscritos pueden optar a obtener una tarjeta por hogar dotada de 550 pesos mensuales para la compra de alimentos, 150 pesos para un máximo de los tres niños de la familia, además del recién implantado Bono gas, por el que se adjudicarían 6 galones de gas por familia. La tarjeta Solidaridad, que incluye estas tres partidas, cuenta actualmente en torno a un millón de beneficiarios y tiene pendiente incluir una partida de ayuda para el gasto en electricidad.

MIL JÓVENES PARTICIPARON EN EL PROYECTO DE FORMACIÓN E INTERMEDIACIÓN SOCIOLABORAL DE TAMAYO Y LA ZONA CAÑERA

Finalizado el proyecto de formación e intermediación sociolaboral en Tamayo y la zona cañera, las cifras obtenidas reflejan el éxito de la iniciativa. Los 63 cursos impartidos por el centro durante el periodo que abarca del 1 de agosto de 2007 al 30 de julio de 2008 han sido muy variados: barman (uno), producción agrícola (dos), repostería (seis), cocina básica (cinco), cocina fría (uno), informática (veinte), camarero de restaurante (uno), electricidad (dos), tapicería (uno), plomero (dos), camarero de piso (uno), recepcionista (uno), contabilidad (dos), farmacia (tres), reparación de electrodomésticos (uno) y educación de adultos (catorce).

En total han participado 1158 personas, graduándose 506 (316 mujeres y 190 hombres), de los que 79 realizaron prácticas en empresas, consiguiendo 23 un puesto de trabajo en los sectores de hostelería, banca y comercio. De los jóvenes capacitados y orientados, 17 emprendieron su iniciativa de intermediación en microempresas trabajando como camareros en cafeterías (trece) y electricistas (cuatro). Se firmaron también nueve convenios con empresas de la zona.

La financiación de estos cursos ha provenido de la Junta de Castilla y León, la ONGD Cives Mundi, así como de contribuciones de socios locales, de carácter público y privado. Estos medios económicos han servido para equipar al centro de instalaciones (almacenes, aulas, equipos digitales, materiales y herramientas), así como para pagar a los profesores de los cursos.

Asimismo, jóvenes voluntarios de las comunidades organizaron grupos de alfabetización para personas iletradas y de nivel básico incompleto para apoyarlos en los barrios y bateyes de la zona. La estrategia del proyecto se fundamentó en la coordinación con INFOTEP, el Distrito Educativo 18-02 de Tamayo, las organizaciones de Base y de Fe, etc.

Los beneficios de los cursos han sido muy notables. Para algunos, han supuesto un empuje en su carrera académica: “A pesar de haber terminado el liceo, me faltaba el empuje para hacer una carrera. Tras la pasantía me di cuenta de que quería estudiar Hostelería y Turismo”. Para otros, ha sido la ocasión ideal para saber desenvolverse: “Los cursos nos ayudaron a desenvolvernos, solicitar trabajo, a no sentir miedo… Ahora estamos capacitados para pedir un trabajo sin tener miedo de que nos vayan a rechazar”. La valoración es tan positiva, que las participantes de esta edición recomiendan a los jóvenes que no dejen pasar la oportunidad: “Que aprovechen los cursos, porque cuando los necesiten después no los van a encontrar”.